DE_MENTE

Este quizá sea el post más duro que voy a escribir pero siento que debo hacerlo.

Todo empezó a los 19 años, mi primer ingreso marcó los 19 años siguientes de mi vida o lo que es lo mismo hace 19 años tuve mi primer brote psicótico el cual requirió de un ingreso largo en el Hospital.

Desde ese día jamás volví a ser la misma, tardé años en perdonarme haber perdido el control y desde entonces convivo con una enfermedad mental diagnosticada como “trastorno paranoide crónico”, lo que no te dicen cuando te privan de libertad por no estar en tu sano juicio, es que tomarás medicación de por vida, tendrás recaídas y nuevos ingresos pero a ti lo único que te importa es parecer normal cuando el resto del mundo te pone otra etiqueta la de “loca” pero no de alocada y divertida.

Mientras, tú vas madurando que si ya es difícil de por si se te hace cuesta arriba cuando en vez de asumir tu enfermedad te da por abusar de sustancias para intentar seguir aparentado que eres normal y puedes mantener relaciones normales. Para mí la mejor forma de definir mi enfermedad es como algo místico, la delgada línea entre la realidad y el delirio y el no ser consciente de cuando estás a cada lado o peor ser consciente y desear no serlo. El show de Thruman, pero lo cómico se queda atrás cuando a ti te toca ser Thruman.

Cuando alguien me etiqueta como “loca” tengo la misma sensación que si me viera desnuda y se riera de mí. Ser enferma mental es más duro de lo que parece, es una lucha diaria por intentar ser normal, es crear una coraza para ocultar una parte de ti, medir cada palabra que dices, cada gesto, castigarte por padecer algo que te ha tocado por estadística, genética o algo que ni tu psiquiatra puede explicar pero que medica para “encapsular” una parte de ti.

Chanina

Hasta que con 25 años y toda la vida por delante decides que es hora de descansar y te precipitas. Y la vida te dice “Hoy no es tu día” te vas a sentar cuatro meses en una silla, vas a aprender a caminar, y vas a seguir. Das el susto de su vida a tus padres, te rompes y les rompes el corazón.

Pero con el tiempo te resignas, asumes tu enfermedad física y mental y comprendes que la Vida es solo un viaje de ida, un billete sin destino, que los errores se pagan, que el Karma existe, que pasarás toda la vida aprendiendo y que todo pasa por algo.

Moraleja: Dejemos de medir la Vida con números al fin y al cabo solo tenemos los años que nos quedan por vivir.

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