EL SOL

El sol fue mi segundo tattoo, me lo hicieron cuando gané mi primer sueldo en Mc Donald´s. Tenía 17 años, y mientras unos volvían de fiesta por la zona de Argüelles, yo desde las ocho de la mañana fregaba el suelo de la hamburguesería de la Calle Isaac Peral.

Fue un trabajo temporal de un verano, y mi encargada me dijo que debía sonreír más pero con ese uniforme, la gorra y cuatro niñatos vacilándome lo que menos me apetecía era sonreír.

Cuando empezó el curso, me matriculé en el I.E.S. Beatriz Galindo por la zona de Goya para estudiar el Bachillerato en Ciencias Sociales, pero no terminé el curso. Una compañera me dijo que el profesor de economía preguntó por mi, porque había hecho un buen examen, pero no volví, no pasé del primer trimestre. Y ese año fue cuando comencé a tener depresiones y a comprar libros de autoayuda, que de poco sirvieron.

Porque un año después tuve mi primer ingreso, con tan sólo 19 años, estuve un mes ingresada y justo en eso momento comenzó un infierno, tardé muchos en perdonarme esa pérdida temporal de consciencia y tarde algunos años más en superar ese fallo que ha traído momentos muy duros a mi vida. Pero hoy tengo que estar agradecida a todo lo que ocurrió, porque con el apoyo de mi familia, amigos y pareja, hoy me he convertido en una mujer fuerte y valiente y he superado todas mis expectativas. Sé que muchos de los míos, se sienten muy orgullosos de mí, y eso es lo que más me llena.

Ese año me enamoré por primera vez y lo hice como una idiota. Tenía un novio majísimo y guapísimo, pero una noche cuando volvíamos de fiesta, López me llevó la última a casa y me preguntó si tomábamos la última copa en mi casa. Terminamos enrollándonos y claro, mi novio perfecto se enteró de todo. Y fui la más odiada y criticada del grupo de “amigos”. Me volví loca por López, él me visitaba los fines de semana a última hora y se quedaba dormido, hasta que el domingo por la tarde desaparecía, hasta el fin de semana siguiente. Todo esto terminó en tragedia… con mi primer ingreso en el hospital y una de las etapas más difíciles, con tan solo 19 años.